El desarrollo cognitivo es uno de los procesos cruciales para la vida del ser humano, pues a través de este el ser humano adquiere habilidades que le permiten relacionarse con el mundo como: el lenguaje, la memoria, la percepción o la inteligencia. Es un proceso que evoluciona en el ejercicio del aprendizaje y en la experiencia sociocultural de cada individuo.
Comúnmente se piensa que el desarrollo cognitivo pertenece o está estrictamente relacionado al coeficiente intelectual, sin embargo, aunque este se desenvuelve a través del crecimiento de la persona y a partir de estímulos externos, es un proceso innato para el ser humano ya que está vinculado a su necesidad de relacionarse, adaptarse e integrarse a su entorno, siendo así un factor estrechamente relacionado a la personalidad.
Jean Piaget, uno de los investigadores más destacados del siglo XX, conocido por su teoría constructivista del desarrollo de la inteligencia y sus contribuciones al campo de la epistemología y la biología, declaró que el desarrollo cognitivo comienza desde el nacimiento y combina elementos ambientales (entorno y contexto) y componentes del mismo crecimiento biológico del ser humano.
Según su teoría, hay 4 etapas o fases progresivas en las que el ser humano adquiere conocimientos y desarrolla habilidades. Al ser etapas progresivas, estas implican que las habilidades de una etapa están estrechamente relacionadas al desarrollo de las habilidades de la etapa anterior.
Según estas 4 etapas, el proceso acaba en plena adolescencia, pero, qué pasa en los adultos, ¿acaso un adulto no continúa en su desarrollo cognitivo?
Esto lo exploraremos en nuestro próximo artículo.
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