Todo resultado parte de una intención y el aprendizaje no es ajeno a esto. Cuando las personas queremos aprender algo gracias a un propósito, pasan cosas increíbles dentro del proceso, en cual se transita un camino en el que emerge el entusiasmo, el enfoque, la persistencia, la frustración, la resiliencia, la adaptación y la sensación de logro.
Aprendemos cuando queremos, podemos, estamos dispuestos y conscientes a entender la contribución que tiene para nosotros ese aprendizaje, lo que nos aporta, lo que nos permite y lo que nos implica en términos de cambio de paradigmas, de apertura a nuevas opciones y de posibles renuncias a formas de ser, de hacer y de pensar.
Actualmente, la determinación es una variable esencial para que el aprendizaje se dé, ya que tenemos múltiples recursos, canales y medios que permanentemente nos invitan a aprender nuevas cosas en diferentes maneras cada vez más digitales, portátiles e intuitivas. Y es ahí donde la tecnología es nuestro mayor aliado, el principal habilitador, en un clic tenemos a disposición el conocimiento materializado de muchas formas: cursos de las universidades más prestigiosas, plataformas educativas, apps, bibliotecas virtuales, podcast, libros digitales, audiolibros, plataformas de video y un sin número de herramientas que traen el acceso del conocimiento al alcance de todos que pueden crear aprendizaje individual y/o social.
Hoy como estudiantes modernos no tenemos barreras, ni límites de espacio, tiempo, e inversiones incluso, es la oportunidad de resaltar lo autodidactas que las personas podemos llegar a ser, siempre y cuando nuestro interés esté cautivo y presente.
Scott Young en su libro “Ultralearning” plantea que lo más importante es tener presente que somos responsables de nuestro aprendizaje, decidir que queremos aprender, como queremos aprenderlo y trazar tu propio plan basado en la necesidad individual. Es cada uno de nosotros quien está a cargo del proceso y somos responsables de los resultados que se generen.
Los recursos están disponibles, el gran desafío que hoy tiene el aprendizaje en las personas es posicionarse en su consciente para generarlo, lo que se refleja en esa decisión de mejorar y apalancar el desarrollo personal partiendo de comprender su importancia y lo transformador que puede ser vivir esa experiencia.
Esta es una invitación sensata a ser aprendices permanentes, a no conformarse con lo que se conoce, sino a explorar otras áreas, a profundizar en las de tu interés y darte el permiso de ensayar y sumergirte.
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